Sola por la Avenida

Madrugada, llaman desde el centro de control:

—¿Diga?

—Rito, hay un cero en el sistema.

Aún medio dormido dije:

—¿Cómo…? Espera, repite…

—Escucha, tienen que ir al aeropuerto y ponerse en lista de espera en el primer vuelo a Lanzarote.

—Pero, ¿qué pasó?

—Hemos perdido la comunicación, nos están llamando del 1-1-2, es un apagón en las dos islas, problemas en generación.

A estas alturas de la conversación mi mujer ya se había levantado. Mientras preparaba el café me preguntó:

—¿Tengo que llevarte al aeropuerto?

—No, la cosa parece grave, ya vienen en taxi a recogerme.

Camino al aeropuerto pasamos por las oficinas de la Avenida Marítima para recoger algunos equipos. Cuando el taxi pasaba por delante del edificio Humiaga, adelantamos a una llamativa mujer. ¿Qué haría a esa hora, impecablemente vestida y con aquellos taconazos?

Entonces paramos en el semáforo y se cruzaron nuestras miradas.

—¡Pero si es… Pimpi! ¿Cómo diablos lo hace? ¡Cada día llega más temprano!

Sola por la Avenida - (c) - Rito Santiago Moreno Rodríguez