Cambiando de aires
Debido a una reestructuración de los departamentos de Endesa en Canarias hemos sufrido un traslado escalonado a lo largo de toda la semana. Consistió en permutar los puestos de trabajo entre nosotros y los miembros de Nuevos Suministros. Durante estos días, al volver a convivir con mis antiguos compañeros, he rememorado la etapa que pasé con ellos.
Hacía casi veinte años que trabajaba en el área de protecciones cuando llegó el momento de cambiar de actividad. Me presenté a una plaza en el departamento de Nuevos Suministros, que en aquel momento estaba en expansión a causa del boom de la construcción. Se trataba de una actividad totalmente diferente, que sin llegar a ser comercial, requería estar más en contacto con el cliente; era diametralmente opuesta a la que realizaba hasta ese momento. El nuevo trabajo era más burocratizado, donde los procedimientos y la legislación cambiaban constantemente. A pesar de esos inconvenientes me daba muchas satisfacciones, ya que para mí fue todo un reto.
En este departamento me relacioné con: promotores, propietarios, presidentes de comunidad de vecinos, proyectistas, instaladores, técnicos de los ayuntamientos, técnicos de la consejería de industria, comerciales de Endesa, especialistas en planificación, medidas y servicios jurídicos. También fue una gran oportunidad de conocer las energías renovables, tanto solar como eólica; pero sobre todo me sirvió para conocer otras actividades y realidades de la empresa que no son lo suficientemente valoradas.
En el 2010, tras unos años de crisis del ladrillo, el departamento tuvo que redimensionarse. Paralelamente me ofrecieron la posibilidad de volver a mi antigua actividad, pero como responsable del servicio y una mejora económica. Tras consultárselo a mi familia decidí aceptar, aunque eso implicase volver a la espiral de las averías y a las llamadas a cualquier hora. En definitiva, a una actividad absorbente a la vez que fascinante: las protecciones.