La visita

Se hacía el encontradizo con el sobrino para que lo invitase a su casa y poder ver al niño. Esperaba hasta estar solo con él para acariciarlo y decirle al oído, no sin antes cerciorarse de que nadie más lo oía, lo crecidito que estaba.

Aquel día fue más lejos. Sentado en el sillón del recibidor lo llamó a su lado y lo asió por las caderas diciéndole:

—Me dijo tu padre que hoy es tu cumpleaños.

—Sí, cumplo diez.

—Tengo una sorpresa para ti. Si después me acompañas a las plataneras te la doy, pero no digas nada a tu padre porque no le gusta estas cosas.

Pero el niño desconfió. Aprovechó un momento de despiste, cuando alguien entró en la estancia, para escabullirse. Lo estuvo esperando mucho tiempo mientras el niño permanecía escondido.

Luego supo que la misma propuesta se la había hecho anteriormente a sus hermanos mayores.

Su padre nunca lo supo.

La visita - (c) - Rito Santiago Moreno Rodríguez