Mi primer juguete
Uno de los primeros recuerdos propios que tengo de mi niñez es la perreta que cogí a los dos años, cuando quería el juguete que una vecina estaba enseñando a mis hermanas y que iba a regalar a algún familiar. Se trataba de un mono con gorra, cuando le dabas cuerda tocaba los platillos, era muy parecido al mono que habita en la hueca cabeza de Hommer Simpson. Ni que decir tiene que mi llantina fue en vano. Solo conseguí la promesa de que me lo traerían los reyes magos; pero pronto llegó Navidad y me regalaron otro juguete en su lugar; de hecho esto se repitió a lo largo de toda mi infancia, raramente me regalaban algo de lo que pedía en la carta.
Me trajeron un perro de goma de la marca famosa, concretamente un cachorro dálmata; una reproducción de uno de los protagonistas de la película Disney: 101 dálmatas realizada en 1961.
Lo más sorprendente es que aún lo conservo después de ser mi juguete y el de todos mis sobrinos durante años. Ya no tiene el pito estridente que ponía de los nervios a mi abuela, ahora tiene la goma endurecida, numerosas mordeduras y manchas de bolígrafo que luce como heridas de guerra.
El dichoso perrito llegó a salir en la película de Paco Martínez Soria, Se armó el Belén de 1969.
En una página de internet de coleccionistas encontré una foto de uno en perfecto estado, lo vendían por 31 dólares.